La pandemia en algunos casos aceleró procesos de cambio de hábitos y en otros los generó. El comportamiento en cuanto al uso de Internet sin dudas es uno de los más contundentes y para las prestadoras de este servicio fue todo un desafío.
Desafío que CTAM superó merced a su planificación estratégica, la permanente inversión y el calificado recurso humano con que cuenta.
La primera etapa de aislamiento, la actual de distanciamiento social, los nuevos requerimientos laborales y el generalizado acceso on line a la educación virtual hicieron aún más visible la necesidad de un servicio eficiente.
Como dato elocuente el consumo de todas las conexiones de Adelia María, Monte de los Gauchos y El Rastreador registra actualmente picos de demanda de 3 gigabites por segundo. El caso de El Rastreador es una evidencia concreta, ya que se pasó de tener una sola conexión para uso comunitario a un 65% de los hogares conectados.
El fundamento estadístico de esta situación está vinculado al proceso de migración de planes de 3 megas a otros con capacidad mínima de 10 megas hasta los 50 ó 100 megas. Entre este cambio de tecnología a cable módem y la solicitud de nuevas instalaciones se registraron en los últimos meses 270 órdenes de servicio. A lo cual se le suman otras 70 solicitudes por traspaso a planes con mayor ancho de banda con la tecnología ya existente.
También se destaca el incremento del 27% de la demanda de Internet rural. En este segmento, CTAM cubre una demanda desatendida por otros prestadores en virtud del elevado costo técnico y de personal que implica el servicio en zonas no urbanizadas. Pero lo hace con el convencimiento que hoy todo lo concerniente a la actividad agropecuaria se potencia con buena calidad de conectividad.
Como parte de esa capacidad de respuesta de CTAM, ante la suba de un 7% en la cantidad de usuarios y el aumento de un 50% en la requisitoria total en gigabites por segundo, también se aprecia la fuerte inversión que supuso la adquisición de más de 500 nuevos dispositivos cable módems.